El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, en declaraciones realizadas el domingo al grupo de investigación y análisis Misión Verdad, reseñadas por el portal de la Cancillería, aseguró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) vigila de cerca los pasos de las fuerzas navales desplegadas por Washington en la región con el pretexto de llevar a cabo una operación contra el narcotráfico y está preparada para defender a su país de cualquier ataque estadounidense.
“Nosotros tenemos informes documentados con coordenadas, sabemos cuáles son los buques, las funciones que cumplen, sus capacidades; la FANB tiene monitoreado cada paso y estaríamos listos para defender a Venezuela en cualquier escenario”, precisó el diplomático venezolano.
De acuerdo con Arreaza, esta maniobra busca distraer a la opinión pública del mundo del manejo “inhumano y errático” que ha tenido el Gobierno de Donald Trump de la pandemia de COVID-19, que hasta la fecha ha dejado más de 336 000 contagios y 9 600 muertos en la nación norteamericana, según el sitio worldometers.
El canciller insistió, también, en que la operación militar del Gobierno estadounidense es, en realidad, un acto psicológico debido al fracasado intento de intervenir en Venezuela reconociendo a Guaidó como presidente interino del país sudamericano, y muestra, además, hasta qué punto está desesperado Washington por legitimar sus acusaciones a funcionarios venezolanos.
Ante las amenazas solapadas del Gobierno de Estados Unidos, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, alertó el domingo de que “mientras el mundo se enfoca en atender la emergencia sanitaria por el COVID-19, el Gobierno de Trump ha ordenado el despliegue militar más grande de Estados Unidos hacia nuestra región en 30 años, con el fin de amenazar a Venezuela y de arrastrar a la región a un conflicto bélico”.
Estados Unidos envió el uno de abril buques navales y aviones cerca de costas de Venezuela so pretexto de luchar contra el narcotráfico, tras acusar a Maduro y a otras autoridades de vinculación con un cartel de narcotraficantes. Además, ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por la captura del presidente y de otros altos cargos.
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