“El presidente Erdogan se considera a sí mismo como el restaurador del imperio Otomano (del siglo 16) (…) El aventurismo de Erdogan parece haber tenido éxito hasta el momento, pero puede llevar al país a la destrucción", sostiene el diario.
El presidente Erdogan se considera a sí mismo como el restaurador del imperio Otomano (del siglo 16) (…) El aventurismo de Erdogan parece haber tenido éxito hasta el momento, pero puede llevar al país a la destrucción", sostiene el diario británico The Guardian.
La publicación añade que Erdogan intentó introducir un cambio en Siria, pero el presidente sirio, Bashar al-Asad, no respondió a la "democracia" de Erdogan. El presidente turco que esperaba el derrocamiento de Al-Asad, no hizo nada para impedir la guerra en Siria.
Reconoce que es obvia la ayuda que reciben los terroristas del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) de parte de Ankara; algo que se intensificó nada más el derrocamiento de Al-Asad se convirtió en una prioridad de la política exterior de Erdogan.
El pasado junio, Estados Unidos confirmó que Turquía era la ruta de tránsito de los terroristas takfiríes que viajan desde Europa a Irak y Siria para unirse a grupos terroristas como el EIIL y el Frente Al-Nusra.
Igualmente salieron a la luz informes sobre la implicación de la Organización de Inteligencia de Turquía (MIT, por sus siglas en turco) en el tránsito ilegal de vehículos robados, trasladados a Siria para el grupo terrorista Daesh.

El informe prosigue que el presidente turco después de la intensificación del conflicto en el país vecino, acogió a más de dos millones de refugiados sirios, pues estaba bastante seguro de que ellos volverían a su patria dentro de unas semanas. Eso no ocurrió.
Agrega que la crisis siria se agravó cada vez más, en especial, cuando surgió una entidad kurda en la frontera turco-siria, que de acuerdo con el rotativo, supondría una amenaza para la integridad territorial de Turquía.
El informe además advierte a Turquía de un aislamiento en momentos en que las potencias occidentales están barajando una cooperación con Rusia, que ha entrado en una lucha en apoyo al presidente sirio y en contra de los terroristas.
En cuanto al derribo de un caza ruso modelo Su-24 por los aviones turcos, la publicación sostiene que Ankara creó un episodio que incluso desde la perspectiva de Turquía era plenamente "sin precedentes", incluso durante la Guerra Fría (1947-1991).
"Nadie sabe cuándo concluirá esto (las diferencias entre Ankara y Moscú), pero las consecuencias pueden ser tales que hagan que los artífices de la política exterior turca miren hacia los viejos tiempos con nostalgia", alerta Stone, añadiendo que "si hay una lección para un gobernante de Turquía es no provocar a Rusia".
Gracias a los bombardeos rusos, iniciados el pasado 30 de septiembre, el Ejército sirio ha logrado realizar importantes avances a lo largo del país, arrebatando grandes porciones de terreno a los takfiríes y destruyendo posiciones terroristas.
La crisis siria, desde su inicio en 2011, se ha cobrado ya la vida de más de un cuarto de millón de personas, de acuerdo con estadísticas del opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres (el Reino Unido).
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