Con la llegada de la cosecha, los campos en la provincia de Isfahán, centro de Irán, se llenan de flores de manzanilla, una planta que combina belleza, valor medicinal y sustento económico. Su aroma único anuncia una tradición que sigue viva en la región.
Las flores de manzanilla se cultivan en otoño y primavera y se utiliza desde hace siglos en la medicina tradicional. Siguen siendo un remedio natural esencial en los hogares de la provincia de Isfahán.







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