Mao Yin tenía 2 años cuando desapareció en Xi’an, la capital de la provincia de Shaanxi (centro), en 1988 y fue vendido a una familia residente en la vecina provincia de Sichuan (suroeste), que lo crio como si fuera su propio hijo.
En abril, la Policía recibió el reporte de que un hombre de Sichuan habría comprado en los años 1980 a un niño cerca de Xi’an. Entonces, las autoridades utilizaron la técnica del reconocimiento facial para envejecer artificialmente una fotografía de la infancia del niño robado y así fue como encontraron a Mao Yin, informó la televisión pública CCTV.
El lunes, el joven, de 34 años, protagonizó un emotivo reencuentro con sus padres biológicos, que nunca dejaron de buscarlo.
En la última década, la Policía china ha ayudado a más de 6300 niños secuestrados a encontrar a sus familias gracias a las pruebas de ADN, según la agencia oficial china de noticias, Xinhua.
El rapto de bebés se desarrolló en los años 1990 con la política del hijo único, que aumentó la demanda de niños, tradicionalmente preferidos en el país pese a que esta tendencia se ha ido atenuando en los últimos años.
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