Un total de 430 militantes, que habían violado la tregua en el vecindario de la ciudad de Daraa, capital de la provincia homónima, aceptaron regular su estatus y entregaron 105 piezas de armamento en un centro de reconciliación de la zona, informó el lunes una fuente militar siria a la agencia rusa de noticias Sputnik.
La fuente, que habló bajo condición de anonimato, afirmó que los militantes comenzaron a llegar al centro de reconciliación a partir de las 10.00 (hora local) cuando vencía el plazo fijado por las autoridades del Gobierno sirio para que los rebeldes aceptaran las condiciones de alto el fuego.
El Ejército del país árabe se ha comprometido a reanudar sus operaciones militares de lucha contra el terrorismo después de la fecha límite.
Según el nuevo acuerdo de tregua, alcanzado el 14 de agosto, los militantes se vieron obligados a entregar sus armas y las fuerzas sirias debían instalar puestos de control en nueve distritos de Daraa. Aquellos que se negaron a deponer las armas debían partir hacia el norte de Siria o Jordania en autobuses proporcionados por las autoridades de Damasco.
El Ejército sirio, decidido a liberar Daraa
En julio de 2018, Siria declaró la ciudad de Daraa libre del terrorismo, tras un proceso de reconciliación patrocinado por Rusia, y en el que los extremistas entregaron sus armas medianas y pesadas, mientras el resto salió a la provincia septentrional de Idlib.
Tres años después, esta ciudad, que también es conocida como Daraa al-Balad, se ha vuelto a convertir en un campo de batalla en el que se confrontan las tropas gubernamentales y los terroristas, apoyados por el extranjero.
El pasado lunes 26 de julio, las fuerzas del Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, acordaron acabar con el asedio a los extremistas, a cambio de la entrega de armas por parte de estos últimos.
No obstante, los terroristas no aceptaron la propuesta de Damasco, violaron la tregua y atacaron a los civiles y militares sirios en la zona, lo que obligó al Gobierno a aumentar su presencia militar para acabar con el flagelo del terrorismo.
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