En un ambiente de paz y estabilidad total, los habitantes de Damasco, celebran las fiestas del Eid al-Adha o Fiesta del Sacrificio, después de casi un año de las victorias del Ejército sirio y sus aliados. Los ciudadanos sirios, en la mayoría de las provincias, ya pueden salir a las calles sin miedo.
Las sonrisas se dibujan en las caras de los niños, que salieron a jugar con sus nuevos vestidos y dulces en las manos. Sus rostros están llenos de deseos de un futuro próspero, que esperan vivir tras años de guerra.
En las fiestas de Eid al-Adha, los sirios enviaron un mensaje a todo el mundo: de que la paz es el símbolo de este país y que los años oscuros de terrorismo jamás cambiarán la identidad civilizada de este pueblo.
Bashar Barazi, Damasco.
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