El niño palestino Abdulá Isa, de 12 años de edad, fue capturado por el grupo terrorista el Movimiento Nur al-Din al-Zenki en el norte de Alepo, y acusado de luchar junto al Gobierno sirio. Fue decapitado brutalmente con un cuchillo.
Los expertos dicen que los regímenes que apoyan a esos grupos están ayudando de forma evidente al terrorismo.
La Cancillería siria condenó esta barbarie, y pidió adoptar las medidas necesarias contra los regímenes que apoyan a estos grupos como Arabia Saudí, Catar, Turquía y EE.UU. Los sirios también denunciaron este crimen.
Amnistía Internacional (AI) ha clasificado al Movimiento Nur al-Din al-Zenki como uno de los 5 grupos armados en Alepo, que cometen secuestro, tortura y ejecuciones sumarias.
Este grupo fue formado en 2011, y se unió a varias agrupaciones terroristas. Actualmente está combatiendo junto al Frente Al-Nusra, rama local de Al-Qaeda en Siria. Es presentado por el Occidente y algunos países regionales como un grupo de oposición moderada, a pesar de las violaciones que comete contra el derecho humanitario.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, en inglés), por su parte, condenó el hecho de la decapitación de este menor, y los últimos ataques aéreos de la coalición liderada por EE.UU. que mataron a más de 20 niños.
La decapitación del niño no es el primer crimen de este tipo en la guerra impuesta a Siria. Expertos afirman que este hecho demuestra, una vez más, que no existe el supuesto "terrorismo moderado".
Bashar Barazi, Damasco.
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