• Los científicos identificaron los seis casos que producen más asco entre las personas.
Publicada: domingo, 10 de junio de 2018 2:18

El estudio de los motivos por sentir repugnancia indica que esta emoción se produce cuando personas u objetos representan un riesgo para la salud.

Comúnmente se ha asociado la repugnancia a heridas profundas, granos, comida en mal estado, insectos o, incluso, deformidades en el aspecto físico de una persona. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por investigadores británicos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres ha mostrado que este sentimiento se produce porque se asocia a un peligro de contagio de enfermedad.

Para llegar a este objetivo, los expertos realizaron entrevistas en línea a 2500 personas, a quienes se les presentaron 75 escenarios potencialmente repugnantes y que iban desde signos evidentes de infección, hasta lesiones cutáneas llenas de pus, objetos repletos de insectos o excrementos.

Los entrevistados tuvieron que determinar el nivel de repugnancia que sentían en cada uno de los escenarios. De todos los ambientes presentados, las heridas infectadas y con pus fueron las calificadas como las más repugnantes, según publica la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B.

Los científicos luego identificaron las seis categorías que más repugnancia producían y que, curiosamente, se relacionaban con los tipos de amenazas de enfermedades infecciosas más comunes: Evidencia física de comportamiento antihigiénico, animales o insectos como las cucarachas o ratones, comportamientos sexuales promiscuos, las personas con apariencias atípicas, heridas infectadas o lesiones y ver u oler comida caducada.

Durante la historia comer alimentos podridos siempre se ha relacionado con la posibilidad de contraer enfermedades como el cólera; el contacto cercano con personas antihigiénicas con la lepra; las prácticas sexuales promiscuas con la sífilis; y el contacto con heridas abiertas con la peste o la viruela.

Aunque sabíamos que la emoción de la repugnancia es buena para nosotros, hemos descubierto que sentir asco nos sirve para protegernos frente a amenazas infecciosas que pueden poner en riesgo nuestra salud. Esto nos puede ayudar a desarrollar nuevos métodos para mantener el medio ambiente, los animales y nosotros mismos en mejores condiciones higiénicas”, han explicado los expertos.

 

“Aunque sabíamos que la emoción de la repugnancia es buena para nosotros, hemos descubierto que sentir asco nos sirve para protegernos frente a amenazas infecciosas que pueden poner en riesgo nuestra salud. Esto nos puede ayudar a desarrollar nuevos métodos para mantener el medio ambiente, los animales y nosotros mismos en mejores condiciones higiénicas”, han explicado los expertos.

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