Según informó el jueves el Centro de Control de Defensa Nacional de Rusia, un caza Su-35S y otro Su-27P, del Distrito Militar Occidental del Ejército ruso, ahuyentaron los aviones de combate de la Fuerza Aérea de EE.UU., modelo B-1B, de la zona, y regresaron a su base militar tras finalizar con éxito la misión.
“No se permite la violación de la frontera estatal rusa”, dejó claro Moscú tras lo ocurrido, la segunda vez durante esta semana.
Esta no es la primera ocasión en que Rusia confirma la intercepción de aviones de combate de potencias extranjeras; normalmente aliados de Ucrania, sobrevolando las inmediaciones de su frontera.
Tampoco es el primer encontronazo entre aeronaves rusas y estadounidenses, pues ya a mediados de marzo un caza de la Fuerza Aérea rusa impactó contra un vehículo aéreo no tripulado de Estados Unidos sobre aguas internacionales del mar Negro.
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