“Como resultado de los ataques aéreos fueron aniquilados más de 210 nacionalistas y destruidas 38 unidades de armamento pesado” en las últimas 24 horas, ha anunciado este domingo el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashénkov.
Ofreciendo detalles de los objetivos golpeados, Konashénkov ha dado a conocer que la Aviación rusa lanzó ataques contra tres puestos de mando, un depósito de municiones cerca de Krasni Limán, en el Donbás (este de Ucrania), y 26 aglomeraciones de efectivos y equipamiento militar.
Además, ha informado que las fuerzas rusas han logrado derribar un total de 11 aviones no tripulados (drones) de Ucrania.
De hecho, la información facilitada por Konashénkov indica que, desde el inicio de la operación militar en Ucrania (el 24 de febrero), Rusia ha destruido 997 drones ucranianos.
En tierra, ha proseguido el vocero castrense ruso, las fuerzas de misiles y artillería bombardearon 583 lugares de concentración de tropas y material bélico, 41 puestos de mando, 76 baterías de artillería, morteros y lanzacohetes múltiples, así como un radar del enemigo.
Rusia sigue avanzando en su operativo y ya controla gran parte de las provincias de Jersón, Zaporiyia, Járkov y las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
Mientras tanto, la rendición masiva esta semana de los combatientes ucranianos que quedaban en la ciudad de Mariúpol ha permitido a Moscú ejercer control marcial sobre toda la costa ucraniana del mar de Azov.
En paralelo, Rusia está adoptando medidas para reforzar su Distrito Militar Oeste ante expansionismo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la cual no solo no ha dado garantías de seguridad que pide Moscú, sino que camina por la vía del expansionismo.
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