“Las fuerzas y recursos de la Flota del Mar Negro comenzaron a vigilar las acciones del destructor de misiles guiados HMS Defender, de la Armada del Reino Unido, y de la fragata de misiles guiados HNLMS Evertsen de la Armada de los Países Bajos, que han entrado en las aguas del mar Negro el 14 de junio de 2021”, ha comunicado el Centro Nacional de Gestión de Defensa de Rusia.
El viernes, el destructor de misiles guiados estadounidense USS Laboon ingresó también a estas aguas justo cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunía con sus aliados occidentales en la cumbre del Grupo de los Siete (G7) en el Reino Unido. La fuerza naval rusa también empezó a controlar dicho buque estadounidense.
El objetivo de la presencia de estos barcos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) liderada por EE.UU. en el mar Negro no se ha anunciado, pero en los últimos meses, tras la escalada de tensiones entre Ucrania y Rusia, la presencia militar y los movimientos de los buques de este bloque en esta zona han aumentado.
El domingo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó a la cadena estadounidense CNBC que la Alianza Atlántica continuará desarrollando sus capacidades militares y empleará una “amplia combinación de diferentes herramientas” para contrarrestar lo que llama la agresión rusa.
Las relaciones entre Moscú y el Occidente atraviesan un período de gran tensión a tenor de una serie de cuestiones, incluida la situación en Ucrania y la anexión de la estratégica península de Crimea a Rusia.
En abril, Moscú alertó que Estados Unidos y la OTAN estaban “convirtiendo deliberadamente a Ucrania en un barril de pólvora” con sus suministros de armas, y advirtió que toda responsabilidad de la escalada de las tensiones con Ucrania recae en Kiev y sus aliados occidentales.
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