“Les hemos dicho a nuestros colegas británicos que están jugando con fuego y lo lamentarán porque una cosa es presentar acusaciones sin fundamento y es bastante diferente comenzar a hablar utilizando términos profesionales”, ha declarado este jueves el embajador ruso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
Nebenzia ha sentenciado que ha fracasado el argumento principal de Londres sobre la implicación de Rusia en el caso del envenenamiento del ex espía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia con un agente neurotóxico el mes pasado en la ciudad británica de Salisbury, que ha desatado una crisis diplomática.
“Ante nuestros ojos se redujo a cenizas el argumento principal de los británicos sobre la indudable procedencia rusa de la sustancia”, ha enfatizado.
Les hemos dicho a nuestros colegas británicos que están jugando con fuego y lo lamentarán porque una cosa es presentar acusaciones sin fundamento y es bastante diferente comenzar a hablar utilizando términos profesionales”, destaca el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, en alusión al caso del ex espía Serguéi Skripal y su hija Yulia con un agente neurotóxico en el Reino Unido.
Recuerda que la Cancillería británica eliminó de forma sospechosa su publicación en Twitter sobre el origen ruso de la sustancia tóxica utilizada contra los Skripal, y luego los servicios de inteligencia del Reino Unido se apresuraron a declarar al periódico Times que se logró identificar “el posible lugar de procedencia” que les hace pensar que la huella rusa en el caso es altamente probable.
Sin embargo, los servicios de inteligencia británicos no especifican donde se ubica el laboratorio que produjo el agente tóxico, apunta el diplomático, que califica de “teatro del absurdo” todos esos hechos.
Respecto a los responsables, ha advertido que hay una alta probabilidad de que los servicios de inteligencia de varios países estén detrás de la “mega provocación” del caso Skripal.
El objetivo de la campaña desatada por este ataque, según las palabras del propio Nebenzia, es deslegitimar a Rusia, acusarla de usar una arma cruel y terrible, de ocultar arsenales, de violar las normas de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y cuestionar no solo su rol en la normalización en Siria o cualquier otro país, sino la legitimidad política de Rusia en general.
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