Italia es un puzle en el que no encajan las piezas. El país sigue políticamente bloqueado casi un mes y medio después de las elecciones. Los contactos entre los partidos para explorar la formación de un nuevo Gobierno han fracasado hasta ahora.
Porque en el tablero político italiano mandan los vetos. El Movimiento 5 Estrellas (M5E), el más votado en las urnas, estaría dispuesto a firmar una alianza con la Liga Norte (LN), de Matteo Salvini, líder de la coalición de derechas que recabó más apoyos. Pero Luigi di Maggio ha puesto una condición. Quiere fuera de la ecuación a Il Cavaliere Silvio Berlusconi, que para él, representa la vieja política.
Y mientras tanto, el tiempo corre para Italia, necesita “de forma urgente un Gobierno con plenas funciones”, ha subrayado el presidente de la República ante los compromisos que vienen en las próximas fechas.
El presidente de la República maneja dos escenarios; o le da el encargo de intentar formar Gobierno a Luigi di Maggio o Matteo Salvini. O bien busca una fórmula alternativa por la cual el presidente del Congreso o la presidenta del Senado deberían buscar una mayoría de consenso. Quién gobernará Italia es todavía una incógnita.
Rubén Martínez, Roma.
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