Hollande intenta recuperar el apoyo de los ciudadanos con el objetivo de presentar su candidatura a la elección presidencial del próximo mes de mayo. Pero todas las encuestan lo dan perdedor con un apoyo de apenas el 11% el mandatario que ha perdido una parte importante de su electorado: funcionarios y profesores.
A una situación social y económica degradada por casi 5 años de austeridad se ha sumado una fractura social alimentada por una clase política acusada de querer perpetuarse en el poder. A la pobreza y precariedad se ha sumado la subida del racismo y la discriminación que señala con el dedo a una parte de la sociedad.
Para recoger el voto del descontento con un Gobierno incapaz de dar soluciones a los problemas de la sociedad un tercio de electorado mira hacia la extrema derecha. Hacia el Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen convertido en el primer partido político de Francia.
Pero frente a los cantos de sirena de aquellos que defienden el autoritarismo, la segregación social y la discriminación los hay que proponen una Francia de la mano tendida y de la solidaridad.
Juan José Dorado, París.
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