“Pronto se aplicarán y anunciarán sanciones recíprocas contra las instituciones y personas europeas pertinentes en respuesta a la medida tomada hoy por el consejo de ministros de Exteriores de la Unión Europea [UE]”, ha subrayado este lunes en un comunicado el portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani.
El diplomático persa ha condenado los embargos, que se dirigen a 11 individuos y cuatro entidades iraníes, y rechaza las acusaciones del bloque europeo que vinculan a los sancionados con la supuesta represión de las protestas acaecidas en Irán tras la muerte de Mahsa Amini, el pasado 16 de septiembre.
El vocero de la Diplomacia persa ha tachado los embargos unilaterales de la UE de “una violación del derecho internacional y un claro ejemplo de injerencia en los asuntos internos de la República Islámica de Irán”.
Kanani ha lamentado que los Veintisiete adopten esa decisión “errónea y poco constructiva” con “motivaciones políticas específicas”, y sobre la base de “información distorsionada y sin fundamento y afirmaciones inventadas de los enemigos de la nación iraní y los conocidos medios de comunicación afiliados a ellos”.
Las nuevas sanciones, según la nota, ponen de manifiesto “la continuación del enfoque sesgado y el uso instrumental de los derechos humanos para lograr objetivos políticos” por parte de la UE, por lo que esa medida es “fundamentalmente rechazada, ineficaz e invalida”.
El comunicado concluye, diciendo que la gran nación iraní considera la UE “un gran violador de derechos humanos por su falta de acción e incluso colaboración con Estados Unidos en imponer sanciones duras e ilegales” contra el país persa tras la retirada unilateral de Washington del acuerdo nuclear iraní en 2018.
El canciller persa, Hosein Amir Abdolahian, a su vez, no ha tardado en condenar los embargos europeos, reprochando a la UE por cometer “un error de cálculo”.
El máximo diplomático persa, que ha asegurado una y otra vez que Irán acepta protestas pacíficas, ha subrayado, vía Twitter, que “los actos de caos y la destrucción de bienes públicos no se toleran en ninguna parte del mundo”.
A mediados de octubre, Amir Abdolahian criticó el doble rasero occidental al juzgar los disturbios surgidos a raíz de la muerte de Amini en una llamada telefónica con el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y avisó que Irán no es un país de golpes de terciopelo y revoluciones de color, sino un centro de seguridad estable.
Las autoridades iraníes consideran los disturbios un complot urdido por enemigos para desestabilizar el país y aseguran que contrarrestarán a todo intento de perturbar la paz y el orden público en Irán.
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