• El portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi, habla durante una rueda de prensa en Teherán (capital persa).
Publicada: martes, 29 de enero de 2019 18:27
Actualizada: martes, 29 de enero de 2019 18:57

Irán condena la cadena perpetua dictada contra el líder opositor de Baréin, el sheij Ali Salman, y llama a Manama a poner fin a sus acciones represivas.

El lunes, el Tribunal Supremo de Baréin confirmó la pena de cadena perpetua decretada contra el líder del principal partido opositor, Al-Wefaq, y otros dos dirigentes de la formación, a saber, Hasan Ali Sultan y Ali al-Aswad, acusados de “espiar” a favor de Catar.

“El veredicto cruel, con falsas acusaciones en su contra, demuestra que el Gobierno de Baréin, con apoyo de ciertos países extranjeros, trata de silenciar cualquier voz disidente en el país”, ha denunciado este martes el portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi.

Por otra parte, Qasemi ha arremetido contra el silencio de la comunidad internacional ante las “acciones inhumanas” del Gobierno de Manama, además de criticar la postura “hipócrita” de EE.UU. al respecto.

Al vender armas y brindar apoyo político al régimen de Al Jalifa, Washington ha dado luz verde a la represión de los opositores, ha lamentado el vocero del Ministerio de Exteriores de Irán.

El veredicto cruel, con falsas acusaciones en su contra, demuestra que el Gobierno de Baréin, con apoyo de ciertos países extranjeros, trata de silenciar cualquier voz disidente en el país”, denuncia el portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi, en alusión a la cadena perpetua dictada contra el líder opositor bareiní, el sheij Ali Salman.

 

Ante esta coyuntura, Qasemi ha instado a Baréin a poner fin a sus acciones represivas, incluido el dictaminar penas crueles contra los opositores. Los funcionarios bareiníes deben resolver, “ellos mismos, la crisis que han creado” en su país en lugar de depender de otros países, ha insistido.

Para lograr tal objetivo, el destacado funcionario persa ha llamado al Gobierno de Manama a sostener conversaciones verdaderas y serias con los grupos de la oposición y cumplir con las demandas legítimas del pueblo de este país.

El Gobierno de Manama, aliado de EE.UU., el Reino Unido y otras monarquías petroleras del Golfo Pérsico, es constantemente objeto de críticas de activistas y organizaciones internacionales por tratar de silenciar cualquier voz disidente desde las protestas prodemocráticas de 2011, especialmente la de los opositores.

Desde el inicio de la crisis, Baréin ha reprimido brutalmente las protestas populares, marchas en las que ha asesinado a más de un centenar de personas, además de encarcelar a numerosos activistas.

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