Publicada: domingo, 22 de octubre de 2023 8:55

La periodista palestina, Asra al-Bohaissi, corresponsal de la cadena Al-Alam, protagoniza un momento emotivo al enterarse de que su casa había sido destruida por Israel.

Mi casa quedó destruida. Me dije que podría sacar algo de los escombros y pensé que podría mantener bajo control mis sentimientos. Pero, lo que decíamos a la gente cuando cubríamos los previos crímenes de Israel contra el pueblo palestino, ahora, necesito que alguien me lo diga a mí para poder tranquilizarme, dijo la periodista.

Añadió que siempre ocultábamos los juguetes de los niños esparcidos entre los escombros; ¡oh Dios míos cuán cruel es esto! De verdad es cruel. Es muy cruel para aquella persona que ve su casa destruida. Cuando vi los juguetes de mis hijos me derrumbé.

Cuando imaginé que, si nos hubiéramos quedado en casa, nos habríamos convertido en mártires. Ahora, estoy con mis recuerdos, la niñez de mis hijos y todo lo que tienen, habrían sido martirizados. Todo ha quedado en ruinas, destrucción, ¿por qué?, afirmó

Subrayó que la parte derruida de mi casa es donde mis hijos acostumbraban a dormir. Proyectiles de medio metro aproximadamente, yo tengo dos casas; la primera casa en el barrio Al-Shojaiya fue destruida totalmente, y mi segunda casa tiene solo techo sin paredes. ¿Por qué?, ¿qué hemos hecho?, ¿qué han hecho los niños para qué les destruyen todo lo que tienen?

Cuando les digo a cada uno de mis hijos que se vayan al apartamento, me dejan una nota en la que me piden cosas. Pero, hoy lloraron, se derrumbaron. Hoy sintieron la catástrofe. Es muy difícil. Sé que hay miles de mártires, pero la verdad es que nadie puede sentir lo que estoy sufriendo ahora, solo las personas que lo han experimentado, añadió.

Juro por Dios que nunca había sentido lo que sintieron las personas cuyas casas fueron destruidas, pero hoy sentí su sufrimiento. Hoy, me di cuenta qué se siente cuando acaban con tus sueños.

Entendí qué se siente cuando trabajas 20 años, llevo 20 años trabajando como periodista, he trabajado en guerras, en peligro. Compré una casa con todo lo que ahorré. Hoy, me encontré con una casa arrasada, pero, yo no hablo con derrotismo, pero al fin y al cabo soy humano. Sufro, pero, prometo a esta ocupación israelí que los palestinos nunca abandonarán sus hogares. Vuelvo con mis hijos a esta casa, incluso si no tiene paredes.

Y si la ocupación decide destruirlo, levantaremos una tienda sobre sus escombros. Nunca saldremos de Gaza. Nunca saldremos de este lugar. Tal vez pudiéramos reconstruir partes de lo destruido o intentaremos tener nuevos sueños. Intentaremos hacer nuevos recuerdos, lo vamos a hacer juntos mientras que en esta tierra todo sea posible.

Nada es imposible. Pero, sí estamos sufriendo, nos duele la ocupación, pero nos basta con no rendirnos ante sus planes y nos quedamos en esta tierra.

mkh/ ctl