La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado describió su informe que presentó a la Asamblea General como “doloroso y oportuno” y que incluye sus conclusiones sobre las investigaciones de las operaciones militares de Israel en toda Cisjordania, así como las medidas de los palestinos para hacer frente a estos ataques entre los años 2021 hasta 2023.
“Impedir la entrada de alimentos y suministros médicos a Gaza constituye una violación del derecho internacional humanitario (...) Los daños y las bajas causados por las acciones de las fuerzas de seguridad israelíes no fueron proporcionales a la ventaja militar, dichas acciones constituyen un crimen de guerra”, determina el reporte.
El informe señaló que las fuerzas de seguridad israelíes no utilizan ningún medio para evitar la muerte de los civiles y emplean la “fuerza excesiva”, “medios indiscriminados” y “la respuesta más letal” para confrontar las manifestaciones palestinas, causando “graves daños a las personas, incluidas la muerte o lesiones permanentes”.
“Cuando se mata a manifestantes como consecuencia del uso de fuerza letal, aunque no supusieran una amenaza inminente para la vida o una amenaza susceptible de provocar lesiones graves, tales acciones violan los derechos a la vida y a la integridad física y mental. Pueden equivaler a homicidio arbitrario y, en el contexto de la ocupación, al crimen de guerra con homicidio intencional”, concluye la Comisión.
El informe, al hacer alusión a estas medidas de los israelíes, destacó que a actual ocupación ilegal del territorio palestino por parte de Israel “ha tenido un impacto aplastante en la vida de los niños palestinos”, que padecen de graves violaciones de sus derechos humanos, algunas de las cuales pueden constituir crímenes internacionales”.
La nota de ONU enfatiza que las autoridades israelíes deben acabar “la ocupación” inmediatamente y “dejar de impedir que el pueblo palestino ejerza su derecho a la libre determinación”.
El informe fue completado antes de la última escalada del conflicto palestino-israelí, por lo que la presidenta de la Comisión, Navi Pillay, pone de relieve que “las atrocidades que hemos presenciado desde el 7 de octubre añaden una urgencia sin precedentes a nuestras conclusiones y recomendaciones”.
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