Varias ciudades de Cisjordania han vuelto a ser escenario de manifestaciones contra la construcción de más asentamientos ilegales por parte del régimen de Tel Aviv. Los militares israelíes han reprimido brutalmente a los indignados palestinos, utilizando munición real y gas lacrimógeno este viernes.
En la aldea de Deir Yarir, al noreste de Ramalá, al menos un manifestante palestino ha resultado herido por las balas recubiertas de goma y varios más han sufrido asfixia por el gas lacrimógeno lanzado por los uniformados israelíes, anuncia la agencia oficial palestina de noticias, WAFA.
Conforme relatan los testigos locales, las fuerzas israelíes han impedido que las ambulancias palestinas acudan al lugar de los enfrentamientos en Deir Yarir para llevar a los heridos a un hospital cercano.
Por otro lado, decenas de palestinos que participaban en una manifestación en la aldea de Beit Dajan, al este de la ciudad de Nablus, han presentado dificultades respiratorias como consecuencia de la brutalidad israelí.
Además, un palestino, de 10 años, y otro, de 19 años, han sido lesionados en la aldea de Kafr Qadum, tras ser impactados por las balas de las fuerzas israelíes. Durante la marcha, los palestinos han llamado a expandir la resistencia popular hasta el final de la ocupación, tal y como recoge la agencia local Paltoday.
A pesar de que la Organización de las Naciones de Unidas (ONU) y la comunidad internacional exigen a Israel que ponga fin de inmediato a su expansionismo, el régimen sionista sigue con sus planes de construir más colonias en las tierras palestinas, sobre todo en Cisjordania.
Ante tal situación, los palestinos protestan de manera regular y pacífica contra el régimen de Tel Aviv, pero Israel se vale del mutismo internacional para matar a sangre fría a los palestinos desarmados y continuar con sus planes anexionistas.
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