A medida que el número de personas contagiadas con el nuevo coronavirus, denominado COVID-19, en los territorios ocupados por Israel llega a 298, se aumentan las preocupaciones por la incapacidad y la falta de voluntad del régimen de Tel Aviv para hacer frente a esta enfermedad, según un artículo publicado el lunes por el periódico israelí Yediot Aharonot y escrito por el analista político Nahum Barnea.
En el informe, citando la opinión de los organismos de la toma de decisión israelíes, Barnea aseguró que Israel se convertirá, después de un período máximo de solo dos semanas, después de Italia en el número dos en términos de la propagación de la epidemia, y pronosticó asimismo el colapso del sistema sanitario, que sufre muchos años de “enfermedades” y “epidemias” crónicas.
Conforme a las mismas fuentes, durante los últimos años, las autoridades israelíes no han hecho nada para elevar el nivel del sistema de salud o aumentar los presupuestos para este sector, especialmente en la última década, en la que ha estado al frente del régimen, el primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu.
Además, los medios israelíes revelan las diferencias entre el ministerio de salud y el ministerio de finanzas del régimen de Tel Aviv sobre el mecanismo de controlar el brote del coronavirus, que hasta el momento ha contagiado a más de 180 000 personas en todo el mundo, de las cuales más de 7000 han perdido la vida.
Después de China —epicentro de la epidemia—, con más de 80 000 casos y más de 3200 muertes, Italia ocupa el segundo lugar con mayor número de infectados: 27 980, de los cuales 2158 han fallecido, según las últimas estimaciones del portal de estadísticas mundiales Worldometer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya hace unos días ha informado de que la enfermedad COVID-19, como se conoce este nuevo brote de neumonía atípica, ha pasado a calificarse de “pandemia”.
Philip Giraldi, exfuncionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., ha dicho que el nuevo coronavirus podría ser un arma de guerra biológica de Washington e Israel para dañar a China e Irán.
ftn/ncl/hnb
