Los israelíes acuden a las urnas por tercera vez en menos de un año, después de que las dos elecciones anteriores terminaran con fallidos intentos de formar un gabinete.
Los sondeos apuntan nuevamente a un empate técnico entre el Likud del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el opositor Azul y Blanco de Benny Gantz.
Netanyahu que ha estado en el poder por 11 años, enfrenta cargos de corrupción e intenta recuperar la confianza de los israelíes. Promete construir 3500 nuevos asentamientos en el proyecto E1 al este de Al-Quds (Jerusalén). Estos asentamientos según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) son ilegales.
Gantz apuesta por la formación de un gabinete de unidad, mientras afirma que no se coaligará con Netanyahu, cuyo juicio arrancará el 17 de marzo.
Los palestinos no ven alguna diferencia entre Gantz o Netanyahu. Se ven solos sobre todo después del anuncio del llamado acuerdo del siglo del presidente estadounidense, Donald Trump.
Mientras, gran parte de los israelíes están convencidos de que las elecciones no servirán para salir del bloqueo político. Creen que la ineficacia de políticos, les obligaría a acudir a las urnas una cuarta vez.
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