Publicada: miércoles, 2 de julio de 2025 6:52

La “normalización” del derramamiento de sangre palestina se ha vuelto un ritual sionista; ¿cuánto tiempo permitirá el mundo que siga creciendo?

Por: Iqbal Jassat *

Si de hecho la “normalización” se ha convertido en un ritual sionista de derramamiento de sangre incrustado dentro de su doctrina militar racista de exterminio de los palestinos, ¿cuánto tiempo más permitirá el mundo que siga proliferando antes de cortar de raíz esta situación?

Hasta ahora, no hay indicios de que, aparte de las condenas vacías del bloque árabe de Estados clientes de EE.UU. y algunos países europeos, haya alguna intervención seria con consecuencias significativas.

Por el contrario, regímenes despóticos como los de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Marruecos, Baréin y otros que han dado legitimidad a la absurda noción de “normalización”, son cómplices directos del genocidio en Gaza.

Así como el concepto de “voluntad política” dentro de Estados Unidos y Europa ha sido puesto a prueba, también lo ha sido el tan pregonado "orden basado en reglas", así como la noción de “Derecho Internacional”, sacrificados en el altar del sionismo.

Aunque el Sur Global, liderado por Sudáfrica, ha tenido un gran impacto en la conciencia pública y ha despertado ira y frustración respecto a los fracasos de instituciones, incluyendo las Naciones Unidas, la Corte Penal Internacional (CPI) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ), no ha terminado con el enorme dolor y sufrimiento de los palestinos.

Israel ha demostrado niveles de impunidad, desafío y rechazo de todos los valores y normas civilizadas, tanto al mantener y defender su despreciable régimen de apartheid, como al continuar con la ilegítima ocupación de Palestina y el holocausto bárbaro perpetrado en Gaza, a plena vista del mundo.

La expectativa de que los BRICS, el Movimiento de Países No Alineados (MPNA o MNOAL) y formaciones continentales como la Unión Africana (UA) ejerzan su poder —ya sea individualmente o colectivamente— al menos para aislar y boicotear al régimen colonialista de los colonos parece inalcanzada.

Ante su impotencia, el mundo es recordado por el grupo Médicos Sin Fronteras (MSF) de que la maquinaria EEUU-Israel, supuestamente configurada para proporcionar ayuda, está en realidad perpetrando una “matanza disfrazada de ayuda humanitaria”.

La llamada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés) “está degradando a los palestinos de forma premeditada, obligándolos a elegir entre el hambre o arriesgar sus vidas por suministros mínimos”, dijo MSF en un comunicado.

Aunque las políticas de la dictadura de Netanyahu prosperan sobre la muerte y la ilusión, así como la fantasía de que, dada el apoyo de Donald Trump, ni él ni el régimen sionista son intocables.

Para su asombro y el de sus aliados, incluidos los racistas de extrema derecha, ni Israel ni Estados Unidos lograron someter a la República Islámica de Irán, ni militarmente ni de ninguna otra forma.

Ninguno de los sistemas de defensa de alta tecnología de Israel pudo evitar los lanzamientos de misiles de represalia de Irán, que impactaron infraestructura estratégica, así como instalaciones clave.

Al darse cuenta de que su guerra de agresión había resultado contraproducente —a pesar de las campañas de bombardeo de Estados Unidos— Netanyahu clamó por un “alto el fuego” que Trump “impuso” apresuradamente.

El no haber logrado ninguno de los objetivos de Israel en Irán, ya sea la destrucción de las llamadas armas nucleares, misiles y el cambio de régimen, no solo ha sido una amarga píldora de tragar, sino también un factor decisivo que ha reconfigurado el equilibrio de poder lejos del régimen colonialista de los colonos.

Lo crucial es que las dinámicas de poder dentro del mismo sionismo han comenzado a alterarse de maneras que los analistas creen que muestran signos de un fuerte proceso de decadencia.

No obstante, a pesar de una prohibición total sobre la cobertura del genocidio en Gaza que impide que los periodistas ingresen a la franja sitiada para registrar y transmitir noticias e imágenes de los crímenes de guerra de Netanyahu, él no ha logrado silenciar a sus propias tropas para que no se pronuncien.

 

Nos enteramos de que muchos de ellos han ofrecido testimonios describiendo su conducta militar en Gaza como “sorprendentemente similar a la de las fuerzas nazis”.

Haaretz ha publicado relatos de soldados de Netanyahu que exponen lo que OnePath-Network describe como un grotesco patrón de conducta militar.

“Civiles siendo acribillados mientras intentaban desesperadamente llegar a los puntos de distribución de alimentos, barrios enteros reducidos a escombros y órdenes de disparar sin discriminación”.

Cita a un soldado que admitió: “Me sentí como un nazi en Gaza. Parecía exactamente como si fuéramos los nazis y ellos los judíos”.

Es, de hecho, exterminio. Y los medios son sádicos, malignos y completamente inhumanos. ¡No es normal!

* Iqbal Jassat es miembro ejecutivo de Media Review Network (Red de Revisión de Medios), Johannesburgo, Sudáfrica.


Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.