Policías ecuatorianos entraron por la fuerza a la embajada de México en Quito para arrestar al ex vicepresidente Jorge Glas acusado de corrupción y que había recibido asilo político del gobierno mexicano.
La noche del viernes 5 de abril llegó un convoy policiaco apoyado por fuerzas especiales, rompió la reja de entrada mientras que otros elementos treparon las paredes y rejas de la sede diplomática. Roberto Canseco, jefe de la cancillería y asuntos políticos de la embajada se opuso a la invasión.
México rompió de inmediato relaciones diplomáticas con Ecuador y por medio de la canciller Alicia Bárcena, calificó la irrupción de insólita, inadmisible e indignante. La crisis diplomática comenzó con las declaraciones del presidente mexicano quien expresó que el pasado proceso electoral ecuatoriano fue un acto de manipulación y que los candidatos hicieron campañas en condiciones muy difíciles.
Esto provocó que el gobierno del presidente Daniel Novoa, declarara persona non grata a la embajadora mexicana. En México, ciudadanos protestaron en paz frente a la embajada ecuatoriana por la invasión con policías armados de la sede diplomática mexicana en Quito.
La irrupción de policías armados a la embajada mexicana en Quito recibió la condena internacional de presidentes, dirigentes y organizaciones civiles, pero un país dio un paso más firme: Nicaragua rompió relaciones diplomáticas con Ecuador por la invasión que calificó de violación flagrante al derecho internacional.
Arturo Calvillo, Ciudad de México
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