Denuncia que ni siquiera se debatieron las causas y el origen de la violencia y acusa a su antecesor Felipe Calderón de autoritarismo.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está decidido a acabar con la violencia con un arma que no es de fuego. Le llama comprensión.
López Obrador acusa a los anteriores gobiernos de usar un idioma de “ojo por ojo, diente por diente”. Un discurso autoritario que traía más violencia. Específicamente se ha referido al sexenio del presidente Felipe Calderón.
Asegura que bajo el Gobierno de Calderón había un ambiente de mucha represión en el que se lidiaba con la delincuencia “sin tomar en cuenta las causas y el origen”, como la pobreza, la desigualdad social, la desintegración de las familias, la pérdida de valores y que no se atendió a los jóvenes que no tenían acceso a la educación ni al trabajo.
El presidente acusa a sus predecesores de haber dirigido un periodo de corrupción generalizada... de haber profundizado la desigualdad y exacerbado la violencia en el país. De hecho, bajo su solicitud, se prevé que en 2021 se realice una consulta popular para decidir si se enjuicia a cinco expresidentes del país. En particular, López Obrador cree que Calderón debería ser llevado a juicio por su estrategia militar para combatir la inseguridad, la cual asegura provocó más violencia y aumentó la presencia de bandas delictivas en México.
kmd/mkh
