Miles de hondureños han paralizado el país, exigiendo gratuidad de la educación y la salud. Maestros, estudiantes, médicos y obreros se han tomado las fronteras del país.
Uno de los principales golpes al gobierno y a la economía de una empresa privada que se ha servido de negocios con el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, es la paralización del aeropuerto internacional en Tegucigalpa (capital). Hasta allí llegaron los manifestantes, y la policía inició una brutal represión que afectó hasta los viajeros.
Hernández ordenó la salida a las calles de la Policía Militar, inmediatamente se reportaron maestros heridos por balas y varios restaurantes franquicias tomaron fuego por las bombas lacrimógenas.
El mandatario hondureño podría estar viviendo sus últimos días frente al régimen de derecha, ya que además de estas protestas en su país; han salido documentos revelados en las últimas horas, que lo señalan de haber recibido pagos millonarios del crimen organizado.
Los medios de comunicación corporativos ya iniciaron sus discursos de servilismo al Gobierno de Hernández, condenando el paro que continuara el día viernes.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
mhn/hnb