Informes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y otras instituciones internacionales certifican lo que ya el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado. Uno de cada dos niños en Guatemala padece desnutrición crónica y varios han muerto por desnutrición aguda este año. Guatemala ocupa el primer lugar en cuanto a desnutrición en Latinoamérica y el sexto a nivel mundial.
Las causas son históricas y estructurales, obedecen al acaparamiento de la riqueza por un pequeño grupo de familias poderosas que por medio de monopolios y el financiamiento de políticos y funcionarios perpetúan la miseria de la mayoría.
Según estimaciones del Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el 60% de guatemaltecos vive por debajo de la línea de la pobreza y a pesar que cada cuatro años se eligen nuevas autoridades las cifras no han cambiado para mejor en ningún gobierno desde hace décadas, al contrario, las tasas de pobreza y desnutrición continúan al alza y los candidatos dentro del actual proceso electoral minimizan uno de los más grandes problemas del país y que es equivalente a muerte.
Los daños por desnutrición son irreversibles y condenan a la mitad de la niñez del país al subdesarrollo mental.
De acuerdo a expertos en temas de niñez y salud el cerebro no termina de desarrollarse cuando la alimentación es escasa y de mala calidad y aunque luego de los primeros cinco años los menores obtengan una alimentación balanceada el daño es irreversible y permanente.
Miguel Salay, Ciudad de Guatemala
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