Zafarranchos, empujones, insultos, incluso agresiones físicas es el pan de cada día en el Congreso de Guatemala, sin embargo, la situación va para peor, los diputados opositores están intentando a toda costa tumbar a la actual junta directiva por medio de artilugios dentro de las sesiones plenarias, advierte el presidente del legislativo.
Una de las diputadas que protagonizó el último escándalo le pidió perdón a la ciudadanía, en tanto advirtió que si esas son las formas del denominado pacto de corruptos para obtener el poder, como diputadas oficialistas están decididas a responder con la misma moneda.
El desgaste del congreso es evidente, durante un mes no se presentaron a trabajar con el único objetivo de estancar el trabajo legislativo, los intereses son económicos.
Sin embargo, hay otros diputados y jefes de bloque que han intentado lesionar en las últimas semanas sin éxito alguno, acusan además a sus compañeros de generar una crisis institucional para no conocer leyes que los perjudiquen.
Por ejemplo, el aumento salarial que se autorrecetaron, que equivale al doble de lo que ganaban, más otros incentivos perversos.
Otro de los motivos por el cual se están peleando la junta directiva a toda costa es la elección de magistrados de la próxima Corte de Constitucionalidad y la postulación de la próxima fiscal general del Ministerio Público cuyas propuestas también pasan por el congreso, una batalla sin cuartel ni ética.
Miguel Salay, Guatemala
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