Mientras, muestras similares de desaprobación surgen en otros países europeos..
Francia vive un caos sin precedentes por violentas y masivas protestas antigubernamentales, que llegaron a su auge el sábado, cuando diversos sectores se unieron al movimiento de los chalecos amarillos y salieron a las calles, en diferentes ciudades del país, para expresar su rechazo a las políticas del presidente Emmanuel Macron.
Las protestas tuvieron lugar en medio de fuertes medidas de seguridad, y el despliegue de uniformados que, a nivel nacional, intentaban reprimir a los manifestantes.
Enfrentamientos entre los descontentos y los policías estallaron en varias ciudades. Más de 1900 personas fueron detenidas en todo el país, y unos 130 resultaron heridas el sábado.
Cuatro personas han muerto desde el inicio de esta ola de manifestaciones, que comenzó el 17 de noviembre, en oposición a un aumento de los impuestos a los combustibles.
Con el paso de los días se extendió a otros sectores, sobre todo al estudiantil.. Pese a que el gobierno dio marcha atrás en alza de los impuestos, las protestas no cesan.. Los indignados exigen la dimisión de Macron..
Un 70 % de los franceses apoya las protestas contra Macron, llamado “el presidente de los ricos”. Mientras Francia arde en marchas contra la desigualdad social, voces similares se escuchan en otros países europeos en rechazo a medidas capitalistas..
El movimiento de los chalecos amarillos se extendió a Holanda y Bélgica. Desde esta ciudad, Marine Le Pen ha pedido a Macron, "respuestas firmes" al "sufrimiento social".
Europa vive momentos de inquietud e incertidumbre tras masivas protestas antigubernamentales en Francia, que se extienden cada día a más sectores y más países del continente viejo.
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