Jorge Roriz, de 65 años, solía recrear el mágico mundo del Carnaval con sus coloridos trajes. Ahora, en medio de la pandemia, está usando su arte para hacer mascarillas que no intentan disfrazar ni acentuar nada sino ser lo más reales posibles.
El artista pinta la parte inferior del rostro de la persona sobre una mascarilla blanca, dedicándole tiempo a los detalles como el tono de la piel y los labios.
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