La muerte del afroamericano George Floyd en la ciudad de Mineápolis (estado de Minesota) ha generado multitudinarias protestas en diversas ciudades estadounidenses. El desarmado Floyd murió el lunes después de estar al menos 10 minutos boca abajo contra el suelo, mientras un policía blanco lo inmovilizaba con su rodilla presionándole el cuello.
Casi todas las ciudades importantes han sido escenario de protestas, disturbios, saqueos y, por supuesto, de represión policial. En Mineápolis, donde ocurrió el crimen, los manifestantes quemaron varios edificios. Allí, además, ha sido desplegado un gran número de policías y militares.
En Washington D.C., capital de EE.UU., las fuerzas del orden se enfrentaron a los indignados frente a la Casa Blanca. Se registraron manifestaciones similares en Nueva York, Los Ángeles, Milwaukee y Oakland (California). La Policía lanzó gases lacrimógenos contra los indignados y detuvo a numerosas personas.
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