Con la recuperación de la Generalitat, el presidente catalán, Quim Torra, ha atribuido a la represión del Estado la dificultad de materializar la República y ha definido el momento actual como de transición.
Sin actos institucionales de celebración, la sociedad civil independentista ha desafiado la lluvia y ha salido a la calle para reclamar al Gobierno catalán que aplique las leyes de transitoriedad aprobadas por el Parlamento y haga efectiva la independencia. Miles de personas han firmado a favor de su publicación en el diario oficial de la Generalitat.
Durante la jornada se han producido movilizaciones de los Comités de Defensa de la República (CDR) y se ha presentado el nuevo partido político del destituido presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, la Crida Nacional por la independencia, avalado por Torra y Jordi Sánchez.
La Asamblea Nacional ha pedido trabajar por la independencia conscientes de la imposibilidad de negociar con el Estado.
El independentismo ha llegado dividido al primer aniversario de la declaración de independencia, mientras también los partidos unionistas han evidenciado sus diferencias.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha insinuado por primera vez que no ve el delito de rebelión y el líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, le ha acusado de golpista a pocos días de que el Tribunal Supremo desvele si mantiene su acusación y abra juicio oral contra los presos independentistas.
Oriol Puig, Barcelona.
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