"Después del referéndum, hay elecciones, otras elecciones, y este país se tiene que gobernar sin tener nada que ver cómo se ha gobernado" hasta la fecha como comunidad autónoma de España, ha declarado el presidente del Gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont, en un acto de presentación de la nueva imagen corporativa del PDeCAT en Barcelona.
Además, al rechazar las recientes declaraciones de la presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa, quien anunció que el referéndum "quizá no se podrá hacer", Puigdemont ha denunciado que los partidos y personas que "no son amigos" corren el riesgo de no poder presentarse a las elecciones.
Después del referéndum, hay elecciones, otras elecciones, y este país se tiene que gobernar sin tener nada que ver cómo se ha gobernado" hasta la fecha como comunidad autónoma de España, ha declarado el presidente del Gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont.
No obstante, la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, ha anunciado esta misma jornada que el Gobierno está dispuesto a negociar sobre 45 de las 46 demandas que presentó el pasado mes de abril Puigdemont, pero rechaza cualquier posibilidad de dialogar sobre el punto más polémico: el referéndum.
"El punto 46 no forma parte del mandato democrático ni de la CUP (la Candidatura de Unidad Popular) ni del Gobierno de la nación. Lo que somos los españoles lo decidimos el conjunto de los españoles", ha dicho Sáenz de Santamaría en un acto del Partido Popular (PP) en Barcelona.
Estas declaraciones se producen un día después de que el mismo Puigdemont afirmara que el Gobierno catalán continúa con la esperanza de llegar a un acuerdo con el Ejecutivo de España para la celebración de un referéndum sobre la independencia, sin embargo, el referéndum independentista podría celebrarse antes de lo previsto.
El Tribunal Constitucional (TC) español acordó el miércoles suspender el proyecto de referéndum de independencia previsto en Cataluña para 2017.
Puigdemont advirtió anteriormente de que los intentos de diálogo por parte del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y de su equipo no son más que “un simulacro de operación de diálogo”.
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