“Estoy decepcionado de que el Senado no haya aceptado la enmienda que presenté para poner fin a la ayuda militar ofensiva a la maquinaria de guerra de Netanyahu”, ha anunciado el senador estadounidense Bernie Sanders la madrugada de este miércoles.
El representante por el estado de Vermont ha asegurado que la mayoría de los estadounidenses quieren que Washington deje de apoyar la guerra de Netanyahu contra el pueblo palestino con su propio dinero, que requieren para necesidades propias. “No quieren que el dinero de los contribuyentes apoye la matanza de civiles inocentes y la hambruna de niños”, ha continuado.
Sanders también ha argumentado que Washington no debe destinar más fondos a Israel, puesto que el régimen sionista ha violado la Ley de Ayuda Exterior de Estados Unidos al imponer severas restricciones a la entrada de ayuda humanitaria a Gaza durante los últimos seis meses.
En el mismo contexto, Sanders ha recordado el amargo panorama de la crisis humanitaria que se vive en la Franja de Gaza, señalando que cientos de miles de niños enfrentan desnutrición y hambre como consecuencia de estas restricciones.
Ha condenado la obstrucción deliberada del régimen sionista a la llegada de servicios esenciales a Gaza y la ha calificado de violación del derecho internacional y de los derechos humanos básicos.
“Quizás sea hora de que el Congreso escuche al pueblo estadounidense. De hecho, está harto de Netanyahu y su guerra”, ha subrayado el senador.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el sábado un paquete de ayuda multimillonario para Ucrania, Israel y Taiwán por un importe total de unos 95 000 millones de dólares.
De estos fondos, más de la mitad, es decir, alrededor de 61 000 millones de dólares, se asignarán como ayuda a Ucrania, mientras que otros 26 000 millones de dólares se destinarán a Israel y 8000 millones de dólares irán a Taiwán.
Estados Unidos enviará esta nueva ayuda al régimen de Tel Aviv, pese a que los indiscriminados ataques israelíes contra la Franja de Gaza han dejado desde el pasado 7 de octubre cerca de 34 200 muertos, según el Ministerio palestino de Salud.
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