El 19 de abril, el canciller chino, Wang Yi, y su homólogo salomonense, Jeremiah Manele, suscribieron un acuerdo de seguridad, en virtud del cual, ambos países colaborarán en el mantenimiento del orden público, la protección, las seguridades de personas y prioridades, la asistencia humanitaria y la respuesta ante los desastres naturales.
El referido pacto ha gatillado una nueva pugna entre China y Estados Unidos, incluso este último decidió ampliar la cooperación en materia de seguridad con la otra nación insular del Pacífico; Papúa Nueva Guinea.
En este sentido, una delegación estadounidense encabezada por el subsecretario de Estado para Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, Daniel Kritenbrink se reunió la semana pasada con el premier de Papúa Nueva Guinea, James Marape, en la que ambas partes expresaron su deseo para continuar en los próximos meses las conversaciones sobre seguridad en el Pacífico.
“Sabemos que la República Popular de China está tratando de establecer en el extranjero una infraestructura de base y logística más sólida que le permita a su Ejército proyectar y mantener el poder militar a mayores distancias”, afirmó el martes Kritenbrink al respecto.
Esto mientras, Pekín ha calificado en reiteradas ocasiones como “falsas” los alegatos de EE.UU. y Australia sobre construir una base militar china en las Islas Salomón.
Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón son dos de los vecinos norteños más cercanos de Australia. El archipiélago salomonense ocupa una posición estratégica para las rutas de navegación y las comunicaciones en el Pacífico, y durante la Segunda Guerra Mundial fue escenario de algunos de los combates más sangrientos en la región.
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