De acuerdo con un informe del diario estadounidense The Washington Post, publicado este viernes, a los guardaespaldas del matrimonio formado por la hija y el yerno y asesor del presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, durante más de tres años, les ha tocado buscarse baños fuera de la lujosa vivienda de la pareja en Washington D.C. ante la prohibición de usar los siete inodoros de dicha residencia.
Según han relatado vecinos y agentes de policía conocedores del inusual caso, citados por el rotativo, al principio, los uniformados recurrieron a un baño portátil, situado en la calle frente a la casa, pero pronto el resto de residentes del distinguido vecindario se quejó por cuestiones estéticas y por ocupar espacio para aparcar.
Tras ello, los agentes llegaron a usar el garaje de la casa del expresidente Barack Obama y la del ya vicepresidente saliente de EE.UU., Mike Pence.
Finalmente, optaron por alquilarse un local cercano, un estudio con aseo en el exclusivo barrio de Kalorama, agrega el texto, para luego aclarar que ese excéntrico veto del matrimonio le ha costado al erario público estadounidense, en concreto más de 100 000 dólares.
Desde septiembre de 2017, cuando se alquiló el referido apartamento, la factura ha superado los 100 000 dólares hasta la fecha, a razón de 3000 dólares al mes, apunta el reporte.
Un portavoz de la Casa Blanca se ha encargado de desmentir este informe nada más revelado, sosteniendo que Ivanka y Jared han rechazado que el aludido gasto se haya generado por culpa del presunto veto a los agentes de seguridad.
The Washington Post subraya que sus fuentes policiales le aseguraron que los agentes se mantuvieron fuera de la casa por petición de la familia Kushner. Además, anota que tras ponerse en contacto con el Servicio Secreto de EE.UU. para corroborar los hechos, estos no han querido comentar sobre la polémica por el secretismo que rodea sus operaciones.
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