“Ayer me enteré por primera vez de que la oficina del fiscal federal de Delaware avisó a mi representación legal, que están investigando mis asuntos fiscales”, declaró el segundo hijo del futuro mandatario Joe Biden, en un comunicado publicado el miércoles.
Hunter también expresó su confianza de que “esta investigación demostrará que yo manejé mis asuntos de forma legal y apropiada”.
Por su parte, el equipo de transición de Biden afirmó que el presidente electo está profundamente orgulloso de su hijo por haber peleado para atravesar diferentes desafíos, “incluidos ataques personales en los meses recientes, de los que ha salido más fuerte”.
Anteriormente, el presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, había tildado a la familia Biden de ser una “empresa criminal”, por sus negocios, en particular, durante el periodo en que Biden era vicepresidente en el Gobierno de Barack Obama entre 2009 y 2017.
Desde 2019, Trump y sus aliados republicanos atacan a Hunter Biden por sus tratos con Ucrania y China; entre ellos, un contrato que firmó con el grupo de energía chino CEFC para que invirtiera en productos energéticos estadounidenses después de que su padre dejara la vicepresidencia de EE.UU. en 2017.
Los negocios sospechosos de su hijo con China y Ucrania, así como su apoyo a la guerra de Irak cuando era senador, son dos pesadillas que persiguen al mandatario electo de EE.UU.
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