“El mundo se enfrenta a una amenaza sin precedentes [...] trastocando miles de millones de vidas y poniendo en peligro la economía mundial”, ha alertado este miércoles el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
El jefe de la ONU ha afirmado que el COVID-19 “está amenazando a toda la humanidad”, por lo que ha convocado a defenderse. Al respecto, ha lanzado un plan de respuesta mundial que se extenderá hasta diciembre con el fin de poder dar asistencia a los países más vulnerables para hacer frente a la pandemia del coronavirus a nivel mundial.
De acuerdo con Guterres, el “Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a la COVID-19” incluye donaciones de hasta 2000 millones de dólares para luchar contra el virus y responde a las necesidades de las personas más vulnerables, pues “no basta con la respuesta individual de cada país”.
Guterres, también, ha hecho hincapié en apoyo a los “más vulnerables entre los vulnerables”, es decir, los millones y millones de personas que tienen menor capacidad de protegerse, indicando que es una cuestión de solidaridad humana básica y es crucial para combatir el virus.
Al respecto, ha señalado que el coronavirus está expandiendo a países donde ya se viven crisis humanitarias causadas por los conflictos, los desastres naturales y el cambio climático, donde la gente ha sufrido por las violaciones, se ha visto obligada a huir de sus hogares y vive bajo cubiertas de plástico en los campos, o hacinada en campos de refugiados o asentamientos informales.
El mundo se enfrenta a un mortal patógeno que por primera vez se detectó en un mercado de mariscos de la ciudad china de Wuhan a fines de diciembre. Desde entonces hasta la fecha, el coronavirus no ha parado de extenderse, de modo que las cifras globales indican que hasta el momento 46 946 personas se han infectado y 19 811 han muerto.
Está previsto que el plan ayude a 51 países de Sudamérica, África, y Asia a través de las agencias de la ONU y las ONG y su objetivo, entre otras medidas, es suministrar equipamiento esencial de laboratorio para diagnosticar el virus y suministros médicos para tratar a las personas, instalar puntos de lavado de manos en campamentos y asentamientos, así como poner en marcha campañas de información pública sobre cómo protegerse y proteger a otros del virus.
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