Este martes, arranca en la sede del Congreso de Estados Unidos la primera etapa del impeachment contra el presidente Donald Trump en el Senado. Abuso de poder y obstrucción a la justicia en el caso de Ucrania. Estas son las acusaciones, según los fiscales, que llevaron a la aprobación del juicio político en la Cámara de Representantes.
La Constitución de Estados Unidos prevé varias fases para este proceso. En la primera etapa, los siete fiscales demócratas a cargo del juicio presentaron los cargos en el Senado. Posteriormente, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, juramentó como presidente del proceso.
Los senadores hicieron lo propio, jurando que honrarán una justicia “imparcial”, conforme a lo que dicta la Constitución.
Tras estos pasos, se abre un plazo temporal para que la acusación y la defensa presenten nuevos argumentos documentados.
Luego, el martes próximo, el Senado votará los términos temporales de los debates y se iniciará una sesión de preguntas y respuestas por escrito.
Una vez finalizada esta etapa, habrá una primera votación sobre si seguir o desestimar el juicio. Se necesitará la mitad más un voto, es decir, 51.
Si deciden continuar con el juicio, se celebrarán audiencias con los argumentos finales. En última instancia, los senadores deberán votar sí o no al impeachment, por cualquiera de los dos artículos presentados por la Cámara de Representantes. Se necesitarán dos tercios de la Cámara, 67 senadores, para absolver o inculpar al mandatario.
Trump está seguro de que sus aliados republicanos del Senado lo absolverán. No obstante, sobre los senadores pesan sus obligaciones constitucionales, su juramento de imparcialidad y la credibilidad del Senado.
Actualmente, la aritmética del Senado es de 47 demócratas frente a 53 republicanos. Si los argumentos de la acusación logran convencer a una decena de republicanos moderados, podría darse el histórico escenario de destitución y encarcelamiento del presidente.
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