Funcionarios de Estados Unidos califican de política irresponsable el traslado y liberación de miles migrantes a diferentes ciudades del país ante la crisis de la frontera que el Gobierno de Donald Trump no puede resolver.
Los centros de detención en la frontera entre México y EE.UU. están en su máxima capacidad y la patrulla fronteriza está enviando a grupos de migrantes a varias ciudades del Estados Unidos entre ellas California y al sur de Florida (sureste) a familias sin refugio.
El alcalde del condado de Broward, Mark Bogen, de inmediato calificó de irresponsable esta decisión de Trump. Las reacciones de grupos pro inmigrantes son de preocupación. El primer grupo de centroamericanos llegó a la ciudad de San Bernardino, en California (suroeste de EE.UU.), los oficiales los dejaron en una parada de autobús.
Autoridades de Florida dijeron que harán todo lo posible para ayudar a estas personas. Sin embargo, señaló que si el presidente Trump “no brinda asistencia financiera para alojar y alimentar a esas familias migrantes estará creando un campamento para desamparados”. Los expertos en inmigración por su parte aseguran que estas familias migrantes tienen derecho a continuar un caso de asilo político.
El alcalde del condado de Broward, Mark Bogen, dijo en comunicado que tiene muchos interrogantes sobre la implementación de esta política, por ejemplo si se tratan de niños o familias, ya que desconoce si tendrán información de su récord criminal, y le preocupa que pueda representar un “problema de seguridad pública” para las comunidades locales.
Ante esta polémica de traslado de migrantes finalmente, el gobernador de Florida, al republicano Ron DeSantis, aseguró que estas familias no serán liberadas en su estado por ahora.
Rosie Orbach, Los Ángeles (California).
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