“Ha llegado el momento de que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) reconozca a Juan Guaidó como presidente legítimo. Señor embajador, usted no debería estar aquí, debería regresar a Venezuela y decirle al (presidente venezolano, Nicolás) Maduro que se ha acabado su tiempo”, ha dicho este miércoles Mike Pence en la sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
Samuel Moncada, el representante de Venezuela, ha recibido la reprimenda con una sonrisa mientras negaba con la cabeza.
Washington, ha afirmado Pence, ha elaborado un borrador de una resolución en ese sentido, aunque aún no está claro si el documento se ha entregado al Consejo de Seguridad o no.
Ha llegado el momento de que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) reconozca a Juan Guaidó como presidente legítimo. Señor embajador, usted no debería estar aquí, debería regresar a Venezuela y decirle al (presidente venezolano, Nicolás) Maduro que se ha acabado su tiempo”, ha declarado el vicepresidente de EE.UU., Michael Pence, en la sesión del CSNU sobre la República Bolivariana.
Asimismo, Pence, que ha pedido revocar las credenciales de los representantes del Gobierno de Maduro, ha sostenido: “El hemisferio occidental habló con voz clara. Naciones de todo el mundo han hablado. Es hora que la Naciones Unidas hable”.
En la reunión, que como las anteriores de enero y febrero fue convocada por la misión de EE.UU. en el organismo internacional, participaron el secretario general, António Guterres, quien solo escuchó las intervenciones; y el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock.
Washington ha apoyado desde un principio la autoproclamación de Guaidó y ha incrementado su presión sobre el Gobierno democráticamente elegido de Venezuela aplicándole múltiples sanciones.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha reiterado a menudo que no descarta una campaña bélica para sacar del poder al Gobierno de Caracas, mientras el propio Guaidó considera la posibilidad de solicitar el ingreso de una misión militar extranjera.
Caracas, en respuesta, ha denunciado la campaña de presión norteamericana, incluidas actividades de espionaje e intercepción de Washington, como un “viejo truco” para lanzar una agresión militar contra Venezuela.
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