La conferencia, que fue anunciada por primera vez el pasado mes de enero, tenía como objetivo centrarse en Irán y presentarlo como una “amenaza”, pero bajo la presión de la Unión Europea (UE), Washington acordó ampliar la agenda enfocándose en todo Oriente Medio.
Los intentos de Estados Unidos para convencer a otros países para que envíen sus principales representantes a la conferencia han fracasado, de los 60 participantes solo unos pocos enviaron a sus ministros de Exteriores.
Mientras tanto, Rusia, Turquía, El Líbano, Catar y muchos otros incluso rechazaron la invitación para asistir a esta cumbre.
Las autoridades estadounidenses, entre ellas Mike Pence (vicepresidente), condenaron abiertamente la falta de compromiso de algunos de sus aliados en su política hacia la República Islámica de Irán, el país que ha intentado aislar Washington en varias ocasiones, no logrando su objetivo, sino más bien el efecto contrario, quedarse aislado.
zss/ktg/mkh
