La mujer de la que el jueves se supo que había acusado al candidato de Donald Trump de acoso sexual ha hecho pública su identidad este domingo a través del diario The Washington Post. Se trata de Christine Blasey Ford, profesora de Psicología en la Universidad de Palo Alto, en California (oeste).
Ford había comunicado sus acusaciones en un principio en cartas confidenciales a la congresista de su circunscripción y, posteriormente, a la destacada senadora de California Dianne Feinstein, del Comité Judicial senatorial estadounidense, motivando llamados del Partido Demócrata a posponer el voto sobre la candidatura de Kavanaugh, previsto para el jueves.
La catedrática justifica su decisión de revelar su identidad por un sentimiento de “responsabilidad cívica” que estaba “imponiéndose” a su “angustia y terror” a posibles “represalias” tras difundirse los detalles de un supuesto incidente en el que el ahora candidato y un amigo suyo la acorralaron borrachos en una fiesta de adolescentes a principios de los años 1980.
Kavanaugh la habría inmovilizado en una cama y la habría sometido a tocamientos, intentando desvestirla, mientras su amigo miraba, y le habría además tapado la boca con la mano al intentar ella pedir auxilio a gritos. “Pensé que me podía matar sin darse cuenta”, dice Ford, de 51 años de edad y residente en el norte de California.
Pensé que me podía matar sin darse cuenta”, dice la catedrática demócrata de Psicología Christine Blasey Ford sobre Brett Kavanaugh, candidato a juez del Tribunal Supremo de EE.UU.
El viernes, el polémico candidato a juez del Tribunal Supremo publicó un comunicado en el que rechazaba “categórica e inequívocamente” la acusación lanzada por Ford, registrada como miembro del Partido Demócrata. “No hice eso ni en la escuela secundaria ni en ningún otro momento”, añadía su nota.
La candidatura de Kavanaugh, de 53 años de edad, es de una relevancia crucial para el futuro político de EE.UU. —en cuyo sistema jurídico la jurisprudencia marcada por los tribunales tiene un peso considerable y donde la membrecía en el Tribunal Supremo es vitalicia—, al poder formarse una mayoría de jueces de orientación conservadora para un largo período.
La presidencia de Trump ha estado marcada por otra parte por los constantes escándalos por acusaciones de agresiones sexuales de influyentes personalidades de la clase dominante estadounidense, desde productores de Hollywood como Harvey Weinsten hasta el propio Trump.
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