El viernes le tocó revisión. El presidente estadounidense, Donald Trump, tenía de dos, retirarse del pacto o continuar con él. ¿Qué hizo? Parece que le dio miedo o tuvo precaución, evitó cancelarlo y lo firmó por otros 120 días, pero según él, esta es la última de la última, dijo, es la última vez que lo firmará porque para la próxima lo echa abajo y lo destruye, al menos entre EE.UU. e Irán, porque el acuerdo fue firmado por las 6 potencias del mundo, incluido Washington.
Trump amenazó con echarle tierra a menos que sus aliados europeos lo arreglen, es decir, le impongan sanciones, lo violen y lo modifiquen. Dice que el pacto es un desastre y que es contrario a los intereses de EE.UU., por eso dijo, “arreglen los defectos o me retiro”.
Así, Trump evitó incumplir con el pacto nuclear, es decir, se desistió a regresar a la imposición de las sanciones nucleares, decisión quizá influida por sus asesores de seguridad nacional y política exterior, incluido el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el asesor de Seguridad Nacional, H.R. McMaster, que le movieron el dedo y le dijeron “no lo hagas” porque nos puede traer problemas al confrontarnos con Europa.
Una Unión Europea (UE) que defiende el acuerdo nuclear porque dice el mundo es más operable, más seguro y no hay motivo para cancelarlo más cuando la propia Agencia Internacional de Energía atómica (AIEA) ha checado y supervisado casi 10 veces las instalaciones nucleares iraníes dictaminando que Teherán no tiene carrera nuclear armamentística ni ha incumplido con su pacto, ni está enriqueciendo uranio a niveles que sirvan para armas atómicas.
Este viernes, si bien, Trump no canceló el acuerdo, sí impuso 14 nuevas sanciones que se leía inmediatamente en la cadena estadounidense CNN y medios pro-Occidente.
Las sanciones son contra individuos y entidades iraníes que Trump acusa de haber cometido abusos de derechos humanos o que han respaldado los programas de misiles balísticos del país, que están fuera del alcance del acuerdo nuclear, publicaba inmediatamente CNN.
Esas sanciones, incluida una dirigida al Poder Judicial de Irán, obedecen a la acusación de Trump de que hubo mano dura en las recientes protestas que vivió el país persa en las últimas semanas. Pero eso, es otra historia, porque más parece que es para distraer el meollo del problema, que es sabotear sí o sí el acuerdo nuclear con Teherán.
La gran pregunta es ¿por qué? ¿Es un plan estratégico o un capricho de Trump? Sin contar el daño suicida que podría estar haciéndose el propio Washington.
Irán exhorta a Estados Unidos de no hacerlo y advierte que si se salen, la respuesta será contundente. El pacto nuclear, algo que parece un problema focalizado entre iraníes y el señor Trump es mucho más que eso, es una piedra de toque en la estabilidad mundial para los próximos años, así lo descubrimos en Detrás de la Razón.
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la tarde; México y Colombia, una de la tarde.
Por: Roberto de la Madrid.
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