El fuego comenzó por causas aún por determinar en la mañana del viernes (hora local). Pese a que unos 200 bomberos se enfrentan a las llamas, partes de uno de los edificios se han derrumbado y no se espera que quede nada de él, ha afirmado el portavoz de los bomberos locales Kevin Tyler.
El volumen de las columnas de humo y la dispersión de cenizas han obligado a pedir a los habitantes de la zona, en un radio de casi un kilómetro, que no salgan de sus casas.
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