“Nuestra venganza no se limita a una bofetada y si los enemigos siguen con sus hostilidades les daremos una respuesta más severa y contundente. Seguiremos luchando hasta lograr que el corrupto EE.UU. abandone la región”, ha aseverado este miércoles el portavoz jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de brigada Abolfazl Shekarchi.
De esta forma, Shekarchi ha hecho eco de las declaraciones del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, quien ha calificado los ataques misilísticos de Irán a dos bases militares de EE.UU. como una “sola bofetada” y no la venganza completa por el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el teniente general Qasem Soleimani, en un atentado terrorista de Washington en Irak.
Con esos ataques de represalia, ha remarcado el militar iraní, la República Islámica es testigo de que están cristalizando las reiteradas declaraciones del Líder iraní, en las que aseguraba que se ha acabado la “era de atacar y huir” para Estados Unidos en la región.
El notable mando castrense persa ha destacado la gran capacidad militar de la República Islámica, cuyos misiles, de fabricación nacional, han golpeado con alta precisión los blancos militares estadounidenses esta madrugada en Irak sin que los sistemas antiaéreos de Washington pudieran neutralizar el ataque.
“Esta acción tiene lecciones para los países regionales dependientes a Estados Unidos”, ha remarcado el portavoz jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de brigada Abolfazl Shekarchi.
La madrugada de este miércoles (hora local), la División Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de Irán ha atacado con decenas de misiles tierra-tierra de corto alcance la base aérea Ain Al-Asad, ubicada en la provincia occidental iraquí de Al-Anbar y ocupada por las tropas norteamericanas desde la invasión de Irak en 2003, y otra base en Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí, también en poder de los norteamericanos.
Los sistemas antiaéreos de Estados Unidos no han logrado interceptar ni un solo misil iraní. El ataque de represalia iraní ha dejado decenas de muertos y heridos entre las fuerzas ocupantes norteamericanas, además de provocar graves daños materiales.
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