“Los enemigos han empleado la estrategia de máxima presión y, en este camino, han usado todos los medios para romper la resistencia de la nación iraní; sin embargo, no alcanzarán sus objetivos”, enfatizó el miércoles el comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de división Hosein Salami.
Pese a su “ostentosa apariencia”, los enemigos se están desmoronando desde adentro. “Se encuentran en el final del camino (…) sufren, de hecho, de osteoporosis”, recalcó Salami.
El alto mando castrense iraní, asimismo, consideró que la situación actual marca “la etapa más decisiva” en la historia de la Revolución Islámica, dado que los enemigos están equipados con “todas las capacidades posibles” para hacer frente al país persa.
Los enemigos han empleado la estrategia de ejercer la máxima presión y en este camino han usado todos los medios para romper con la resistencia de la nación iraní; sin embargo, no alcanzarán sus objetivos”, indicó el comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de división Hosein Salami.
“Este momento en la historia, dado que el enemigo ha entrado en el campo de la confrontación con nosotros con todas las capacidades posibles, es el momento más decisivo de la Revolución Islámica”, alertó Salami.
El ministro iraní de Defensa, Amir Hatami, por su parte, aseguró la misma jornada que el país persa está preparado para defenderse de cualquier amenaza de EE.UU. o de su aliado israelí.
La escalada de tensión comenzó a principios de este mes de mayo, cuando el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton, afirmó que el envío a Oriente Medio del portaviones nuclear USS Abraham Lincoln y de una unidad de bombarderos llevaba un mensaje “claro” e “inequívoco” para Irán: que “cualquier ataque a los intereses” de EE.UU. o a los de sus aliados” en la región sería enfrentado con “una fuerza implacable”.
El CGRI, sin embargo, considera los movimientos del Comando Central de EE.UU. regional (Centcom) parte de una “guerra psicológica” de la Casa Blanca contra la República Islámica, mientras la Unión Europea (UE) ha pedido a “los poderes rivales” que eviten cualquier escalada de tensión en la zona
Washington refuerza su presencia militar en el oeste de Asia pese al rechazo de varios países de la región, Irán incluido, para proteger sus intereses y los de sus aliados locales, como Arabia Saudí y el régimen israelí, actualmente inmersos en conflictos en Yemen y en los territorios ocupados palestinos, respectivamente.
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