Durante una comparecencia televisiva este jueves, el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel ha explicado que los largos y molestos apagones y la inestabilidad en la distribución de la canasta básica de alimentos en los primeros meses del año, debido a la compleja situación económica del país, impulsaron protestas pacíficas en varios territorios de las provincias orientales de Santiago de Cuba y Granma.
“En los últimos meses, nos han faltado dos combustibles para poder lograr la cobertura de la generación eléctrica en los momentos de pico, que son el diésel y el fueloil”, afirmó Díaz-Canel en un video difundido por la Presidencia, en el cual explica que el motivo de la situación radica en “la persecución energética” a la que está sometida la isla como parte del bloqueo estadounidense, y también a la indisponibilidad de las divisas necesarias para comprar esos carburantes.
Ante este escenario, el presidente cubano ha denunciado la implicación de Washington y de grupos “terroristas” radicados en Estados Unidos en acciones contra el orden interior de la isla, aprovechando la difícil situación económica.
El mandatario ha subrayado que las personas participantes en las protestas del 17 de marzo tuvieron una respuesta inmediata de las autoridades políticas y administrativas locales, quienes explicaron las circunstancias que motivan esas carencias, provocadas fundamentalmente por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos en los últimos cuatro años, reseña Prensa Latina.
Díaz-Canel ha señalado que la inclusión de Cuba en el unilateral listado de Washington de países que supuestamente patrocinan el terrorismo ha tenido consecuencias funestas para la población de la isla.
Asimismo, en este contexto se han producido decisiones administrativas mal tomadas, y elementos de burocracia, sobre todo en la distribución de la canasta básica, ha reconocido el dignatario.
El jefe de Estado ha hecho hincapié en que desde plataformas contrarrevolucionarias en redes sociales se ha tratado de magnificar los acontecimientos del 17 de marzo, lo cual demuestra —a su juicio— la perversidad de las agresiones contra Cuba y ratifica la convicción de que todo responde a una estrategia encaminada a provocar el estallido social en el país para acabar con la Revolución.
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