El Gobierno colombiano por fin tiró la toalla y aceptó sentarse en una misma mesa de diálogo con los líderes de las protestas que tienen lugar en el país suramericano desde el 21 de noviembre, en contra de las políticas económicas y sociales del presidente Iván Duque.
Asimismo, pide la suspensión de una marcha convocada para el 4 de diciembre para mitigar sus efectos económicos sobre el comercio.
Por su parte, el Comité Nacional del Paro, que reúne a sindicatos, estudiantes y políticos de oposición ha saludado la propuesta de diálogo del gobierno, no obstante, asegura que la convocatoria de huelga para el 4 de diciembre sigue vigente y es innegociable.
Los sindicatos rechazan las reformas laboral, tributaria y del régimen de pensiones que aseguran prepara el gobierno, así como un plan de privatizaciones y la falta de compromiso con el acuerdo de paz con la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre otras causas.
También exigen el cese del asesinato de líderes sociales intensificado durante el Gobierno de Duque. Asimismo, critican al Ejecutivo de echar a perder la oportunidad de un diálogo incluyente hasta el momento.
Las protestas en Colombia iniciaron el pasado 21 de noviembre con masivas marchas. En algunas partes del país, las manifestaciones han sido reprimidas por la policía antidisturbios dejando al menos cuatro muertos.
Además, han dañado seriamente la imagen del mandatario colombiano, ya que según recientes sondeos casi siete de cada diez colombianos lo rechazan.
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