"A partir de las 00:00, hora local, del 20 de julio rige la orden de cesar toda acción de carácter ofensivo contra las fuerzas armadas del Gobierno colombiano y la infraestructura pública y privada", han anunciado este sábado las Fueras Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un comunicado.
"A partir de las 00:00, hora local, del 20 de julio rige la orden de cesar toda acción de carácter ofensivo contra las fuerzas armadas del Gobierno colombiano y la infraestructura pública y privada", han anunciado las FARC.
No obstante, la guerrilla ha advertido de que "ninguna unidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) está obligada a dejarse golpear por fuerzas enemigas y tendrá todo el derecho al ejercicio de su legítima defensa en caso de ataque".
De acuerdo con el texto, el nuevo alto el fuego, ya anunciado la semana pasada, tiene un “carácter humanitario” y representa un nuevo gesto de las FARC que tiene el propósito de “pactar con el gobierno nacional fórmulas cada vez más efectivas de desescalamiento del conflicto”.
Igualmente ha indicado que la referida orden respeta el “llamado de los países garantes, Cuba y Noruega, y acompañantes, Venezuela y Chile, de las conversaciones de paz que se adelantan en La Habana (capital cubana), y al alud de peticiones públicas, cartas y mensajes de redes sociales dirigidas a nuestra Delegación de Paz”.
Poco después de este anuncio, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha informado que el Gobierno y las FARC diseñarán conjuntamente a partir de la semana que viene un “sistema de garantías” sobre la seguridad física de los guerrilleros desmovilizados una vez finalizada la guerra, para que ellos no sientan temor de que van a ser asesinados si dejan las armas.

Santos que anteriormente había declarado que las Fuerzas Armadas “pueden hacer política, pero sin armas”, ha dicho que en el caso de que los guerrilleros no entreguen las armas, “todo este ejercicio no tiene ningún sentido. Eso no sería aceptable para mí, ni para el pueblo colombiano, ni para el mundo”.
El pasado 9 de julio, las FARC reiteraron su decisión de dejar las armas para convertirse en un partido político, tras conseguir un posible acuerdo de paz con el Gobierno colombiano, si se garantiza la seguridad de sus miembros.
El dignatario colombiano tras considerar como la última oportunidad el alto el fuego anunciado por las FARC, ha advertido que si la guerrilla no cumple con su tregua y no hay avances sustanciales en definir qué tipo de justicia se aplicará a los guerrilleros, el proceso de paz se esfumará definitivamente.
A un día de comenzar la tregua, la guerrilla, en una operación a cargo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), ha liberado al subteniente del Ejército, Cristian Moscoso, detenido el día 7 de julio por las FARC durante un enfrentamiento en el departamento del Putumayo (suroeste de Colombia).
Después de numerosas rondas de conversaciones, las FARC decidieron en diciembre pasado decretar una tregua unilateral e indefinida, que favoreció a reducir la intensidad del conflicto armado.
La situación de Colombia se mantuvo casi tranquila hasta el pasado 22 de mayo, cuando unos 26 miembros de las FARC perecieron por los bombardeos de los militares colombianos, ya que la guerrilla decidió suspender la tregua unilateral.
A partir de allí, los ataques por ambos lados, las FARC y el Gobierno se registraron casi a diario. Por esta escalada del conflicto, los garantes de paz -Noruega, Cuba, Venezuela y Chile- pidieron a las partes del conflicto restringir al máximo las acciones que provoquen víctimas.
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