Según informó el 4 de abril del año en curso la revista Nature Materials, las propiedades del carbino fueron calculadas por los científicos hace unos años, llegando a la conclusión que dicho material supera en resistencia a todos los materiales conocidos.
Sin embargo, la producción de carbino suponía grandes dificultades, ya que el material tiene una cadena larga de átomos de carbón, que de hecho se desintegra en plena producción.
Para solucionar estos inconvenientes, los físicos de la Universidad de Viena (Austria) pusieron una capa de grafeno sobre otra y las enrollaron para crear un tubo de doble pared.

Dentro de este recubrimiento protector, los científicos lograron sintetizar una cadena de 6400 átomos (el récord anterior tenía apenas 100 átomos). Así los físicos no solo lograron una forma estable del carbino, sino también llegaron a conocer que las características de este elemento dependen de la longitud de la cadena de átomos.
No obstante, se desconoce cómo extraer el carbino del tubo de grafeno sin dañar su estructura. Por ahora, los investigadores solo pueden continuar estudiando el nuevo material al usar la estabilidad relativa de sus cadenas.
El carbino es una de las estructuras moleculares —alótropos- menos estudiadas del carbón. Los primeros científicos que dieron luz sobre la posibilidad de su existencia fueron los químicos soviéticos Korshák, Sladkov, Kasátochkin y Kudriávtsev.
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